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Julia, Cuando te dan un feedback destructivo

“ Julia necesito hablar contigo a primera hora , te espero a las 7:30 para que seas puntual”. Entré en pánico cuando mi jefa me dijo eso. Me fui a mi casa sin poder dormir toda la noche. Todos mis pensamientos estaban llenos de ideas negativas, el más frecuente fue: Me van a despedir. Sino fuera eso me lo hubiera dicho en ese momento. Que angustia, que voy hacer, debo mucho dinero en las tarjetas, viene la fiesta de mi hija, pagar mi camioneta, no me puedo quedar sin trabajo, que demonios hago si eso sucede. Dedicarme al hogar, imposible, no nos alcanza con el sueldo de mi marido. Me invento que estoy enferma para que no me puedan correr Dios mío, ya no quiero ir trabajar, que miedo…

Inevitablemente elegí mejor ir y afrontar pese a que el mundo se me estaba cerrando. Me levanté de mí cama, con unas grandes ojeras, me puse maquilla que para que no se me notaran. Me apuré para llegar antes que ella. Inmediatamente hice respaldo de todo lo que tenía en mi PC, mis archivos personales. Guardé en mi bolsa todo lo que era importante de mi escritorio. Estuve a lista a la hora que me pidió. Pasaron de las 7:30, 8:00 hasta que apareció a las 10:00 de la mañana. En todo este lapso me dio diarrea, me dieron nauseas, me puse hablar con todo mundo para saber si sabía algo, perdí tiempo en la computadora, me hice tonta.


Cuando llego mi jefa, me pidió que habláramos después de la comida, ya que no tenía tiempo de hacerlo. Fueron más de las 4. Mis nervios aumentaban, los comentarios de mis compañeros eran más favor de mi salida que otra cosa. Que seguro se estaba esperando a que todo mi equipo se fuera para correrme, y que me la estaba haciendo cansada para que firmara y no irme sin hacerlo. Pasaron hasta las 6:00 y ella ni sus luces.

Esperar

TODO el día perdido en la ansiedad por la falta de claridad, mi enojo crecía, y cada día odiaba más a mi jefa. Hasta que al cuarto para las 7, cuando ya me disponía a rime, después de perder 12 horas del día pensando en lo atroz de asta situación. Me mandó a llamar con su asistente al área de Recursos Humanos. Mi estomagó se hundió, mi corazón latió más rápido que nunca.

Me dirigí a la sala, ya tenía todo listo para que, si era lo que me temía, ya no sufriera por dejar mis cosas. Entre a la sala y entro mi jefa con unas hojas.


Inicio diciendo. “A ver Julia, te voy a dar el FEEDBACK semestral. Tus evaluaciones de desempeño no están mal, pero yo no estoy de acuerdo con los resultados”. Me quedé en silencio tratando de entender a donde quería llegar. Tu equipo no está mal contigo, pero a mí me parece que pierdes mucho el tiempo hablando con la gente, tu forma de hablar me desagrada, no me gusta como entregas los reportes, te he dicho que siempre me los mandes a mí. Tu tono de voz, es muy chillón. Que no me saltes. Si quieres tener relación con el director, tiene que ser vía mía. Que el horario no es suficiente, requiere más horas de ti. A veces está mal que vengas en falda sin medias, porque provocas. No me parece que defiendas tanto a tu gente ni que la apoyes tanto cuando ellas hablan muy mal de ti… Reconocer a las personas no ayuda a que hagan mejor su trabajo. Es obligación de las personas hacerlo bien. Me parece que eres demasiado amable con los demás lo que parece muy lambiscona de tu parte. Te pido que modifiques tus actitudes y te dediques a trabajar y hacer menos amistades. Ya que muchas veces tus reportes son mediocres,


Esa era de lo que quería hablar contigo. Por favor requiero mas competitividad de tu parte.


las criticas me anulan

Me empecé a tranquilizar porque no era un despido, pero definitivamente me estaba enfadando muchísimo la forma en que me estaba dando la retroalimentación del año. Porque no estaba siendo objetiva, no se estaba apegado al protocolo de cómo debe dar una retroalimentación. Esta debe ser:

1. Iniciar con puntos concretos, buscando la mejora

2. debe ser hechos observables y comprobables

3. Terminar con los puntos positivos y aportaciones valiosas al trabajo.

5. Los señalamientos deben ser sobre las acciones, no sobre la forma de ser una persona, salvo ya afecte a las relaciones con los colaboradores desde un punto de vista más orientado hacia los resultados.


Nada de eso cubrió. Que furia me decía a mi misma.

Cuando terminé de decirme, le respondí.

Tengo varias preguntas¿ Por qué me tuviste esperando todo el día para esto? A lo que ella respondió. Porque que tengo muchísimo trabajo. Repliqué. Pues si, pero yo también, me tuviste esperando todo el día, no puede agendar reuniones para estar disponible, estuve muy puntual a las 7:30 y no me avisaste que no podías llegar, me parece que el tiempo de la gente es importante. Además. ¿ No hay algo bueno que puedas destacar? Me estas haciendo señalamientos que no están impactando a mis resultados. Creo que una retroalimentación es para ayudar al otro a que crezca, no para descalificar

“¡Julia! Quiero que te quede claro que yo mando, haces lo que yo te digo y no lo cuestionas. ¡Si tienes que esperarme, así debe ser, y si no te gusta la puerta está muy grande! Se levantó y se fue. Para mi esta situación cada vez es más insostenible, mi autoestima esta por los suelos. No puedo dejar mi trabajo, pero esto me destruye. Necesito recuperar mi confianza, y no seguir padeciendo mi trabajo. No entiendo porque mi jefa me está haciendo la vida muy difícil. ¿Cómo le hago para salir de esto? le pregunté a un colega

Dos cosas 1. ¡Un coach para confiar en tí misma, buscar cambiar el


trabajo ya!

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